miércoles, 18 de mayo de 2016

LOS PRIMEROS DESFILES HÍPICOS EN AMATITLÁN

Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán

Llegó en 1967 a Amatitlán, hace ya casi medio siglo o sea la mayor parte de su vida. Un hombre trabajador nacido el 15 de enero de 1948 en aldea Santa Rita, El Progreso Guastatoya. Su nombre: Manuel de Jesús Beltetón Ruano, conocido por sus amigos como "Chus o don Chus". Su vida ha estado dedicada al campo, algunos cultivos, producción avícola, y la crianza de ganado bovino y equino. Su pasión: los caballos.


Entre todos sus hermanos, además de Gilberto y Adolfo, conocí un poco más a Abel Beltetón, destacado narrador deportivo de TGW La Voz de Guatemala y otras conocidas radios en las décadas de 1970 y 1980; quien se convertiría en una especie de padrino profesional para este servidor, fue Abel la persona que me dio por primera vez el micrófono para que "viera que podía decir" en el campeonato navideño de baloncesto de Amatitlán, la noche del 19 de octubre de 1976.

Este miércoles 18 de mayo, por la gracia de Dios, se presentó la oportunidad de conversar en su agradable solar al Sur de la ciudad de Amatitlán. "Los primeros desfiles hípicos en Amatitlán los organizamos en tiempos del alcalde Juan Antonio De León Sánchez (1986-1990), aunque no contamos con el apoyo de la Municipalidad para nada. Entre los primeros caballistas que vinieron recuerdo a don Humberto Arriaza Perotti, Sergio Sánchez, Hugo Casasola, Gilberto Beltetón, su servidor, mis hermanos y amigos, aproximadamente 20 jinetes o caballistas que yo invité. Se salía de la Municipalidad, se subía por la 6ª calle, luego por la 7ª calle hasta el parque central y de ahí hasta el campo de la feria. Esperábamos la última carroza del tradicional desfile de inauguración: adelante iban autoridades y bellezas, atrás nosotros como miembros de la Asociación de Criadores de Ganado Equino La Aurora - Asoequia", indicó don Chus Beltetón.


"Cuando los hermanos Beltetón nos involucramos en los desfiles hípicos en Guatemala, habían sido copiados de Hosuton, Texas. Se realizaban en Sanarate, Salamá, Chiquimula, y Zacapa. Nosotros los promovimos a nivel nacional. En Amatitlán, después de 1986, el desfile también salió de la estación del ferrocarril, y otros años de la colonia Los Almendros, frente a Tappan, en donde instalábamos los descargaderos".

"Un desfile hípico es un espectáculo que debe respetar al público en general, especialmente a las damas y a los niños, por eso debe evitarse que los caballistas fumen o tomen bebidas embriagantes durante el recorrido, además de innecesarias exhibiciones de armas de fuego. Los estatutos de Asoequia prohíben hacer propaganda política", agregó don Chus.

"Durante el gobierno de doña Mirla Flores de Alfaro (1991-1995) se nos apoyó con el almuerzo para los caballistas en dos desfiles hípicos, nada más, el cual fue servido en las instalaciones del Club de Oficiales El Morlón".

Desfiles siempre hubo, desde el tiempo del alcalde Tono De León, pero casi nunca hubo apoyo de la Municipalidad. "Nos tocó a nosotros, en lo particular, organizarlos, invitar a los caballistas, sufragar los gastos de almuerzos y otros, gracias a Dios y contando con el apoyo de buenos amigos". Hasta que llegó el gobierno del alcalde Mainor Orellana, en el 2008, quien se hizo cargo y entonces don Chus Beltetón ya no se involucró en la organización.


"Cuando se terminaba el desfile, frente al escenario principal de feria se destinaba un área de exhibición de los caballos: quita sombrero, saca bolos, saludos, echados, hincados, sentados, piaffé, paso español, piruetas, grupadas, y otras suertes que el público aplaudía".

"Acá entreno mis caballos, nunca he pagado para que me los entrenen ni he entrenado caballos ajenos. Al caballo obediente se le premia con una caricia, una palabra de cariño, o con un anicillo; no hay necesidad de pegarle ni tratarlo mal. Al caballo se le quiere y se le respeta. Hay que recordar que, como dice el viejo y conocido refrán, al amigo y al caballo no hay que exigirles mucho", nos compartió don Chus Beltetón que finalmente nos dijo, con palabras llenas de emoción y un par de sinceras lágrimas asomando en sus ojos: "Estoy muy agradecido con Amatitlán por todo lo que me ha dado y me ha permitido hacer con trabajo honrado. Te amo Amatitlán!!!"

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