jueves, 28 de marzo de 2019

LOMA DEL PITO origen de las colonias CONCEPCIÓN I y II en Amatitlán

Por: Oscar Fajardo Gil, 
Cronista de la Ciudad de Amatitlán 
Allá por el año 2002, con mi amigo y vecino Manuel Córdova Guerra, salíamos a caminar por las mañanas recorriendo los caminos de terracería de las comunidades rurales alrededor de Amatitlán. Alguna vez salimos del Barrio Hospital pasando por el Barrio Ingenio, puente de Anís, y emprendíamos el ascenso por la Loma del Pito y de ahí al cruce para llegar a caserío Dos Cerros y después por el camino a aldea El Llano hasta El Morlón, pasamos por el puente de la Gloria, Barrio La Cruz, y de vuelta a nuestras casas en el Barrio Hospital. No corríamos, solo caminamos porque como dice el dicho "más vale paso que dure y no que madure"; serían unos doce kilómetros en un par de horas. 

LOMA DEL PITO era el nombre de un caserío al Sur de la Ciudad de Amatitlán, según lo registró el Censo Nacional de Población en 1973, indicando que sus habitantes eran 28 personas en total (masculino 17, femenino 11); 6 alfabetos y 21 indígenas. Quedaba en el estrecho camino de terracería hacia aldea Loma Larga, a donde se llegaba con mucho esfuerzo caminando a pie o en lomo de bestia recorriendo una larga y pesada subida o "cuesta" desde el puente "de Anís" sobre el río Michatoya en dirección más o menos de occidente a oriente (OE-E), por los rumbos del cerro El Limón. 


El nombre del lugar se debía a que al final de la cuesta o loma existía un frondoso y antiguo árbol o "palo" de "pito" (Erythrina macrophilla, Erythrina americana Miller o Erythrina guatemalensis)), género de la familia Fabaceae también conocida como leguminosas; característico por sus flores rojas y sus frutos (semillas) en vainas como el frijol. Esta planta florece en noviembre. Es común encontrarla en los cercos de los caminos y terrenos rurales.

Recuerdo que cuando era un niño de entre 6 y 10 años de edad (1970-74), al compartir algún fin de semana con mi abuela y mi bisabuela, en la cena no era raro comer huevos revueltos con flores de pito. Otra forma de prepararlos es en tortitas con pepitoria o iguashte: se pasan los pitos por agua caliente y se escaldan por 3 o 4 minutos. Se cortan en trozos pequeños, se les agrega cebolla, tomate y cilantro finamente picado. Se agregan un huevo por cada dos tortitas que se quieran hacer. Se forman las tortitas y se fríen, mejor si es con manteca de cerdo. Finalmente se sirven con una salsa o recado a base de pepitoria. Se acompañan con un buen plato de frijoles, un par de chiltepes y suficientes tortillas recién salidas del comal.

Ah! los frijolitos de pito, de color rojo brillante, nos servían para hacer "bombas de olor" con las que interrumpíamos, de vez en cuando, las clases en la escuela primaria. Inocentes travesuras que, en realidad, no causaban mayor daño a nadie, pero si muchas risas.

Con el paso del tiempo la población de la Loma del Pito fue aumentando, especialmente después del terremoto del 4 de febrero de 1976. Fue en este lugar donde surgieron entonces las colonias Concepción I, Concepción II y anexos. (OFG)

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