Algunas veces, en mi desempeño como Comunicador Social, se presenta la oportunidad de hablar en funerales y homenajes póstumos, como lo hice recientemente al despedir a don Reginaldo Enríquez fundador de la Vuelta de la Juventud. Una de las frases que empleo es que "los hombres buenos vivirán por siempre, mientras alguien se recuerde de ellos y de sus obras". No son palabras del diente al labio. Realmente creo que es parte del premio de la Eternidad por Gracia y Misericordia de Dios.
Al doctor Santamarina lo conocí personalmente cuando yo era un niño de primaria que acompañaba a mi mamá ocasionalmente en su trabajo como auxiliar de enfermería en el Centro de Salud de Amatitlán, del cual él era Director. Era un hombre grande y bonachón. Con el paso del tiempo llegué a valorar la importancia de su aporte profesional y humano para nuestra comunidad. Sea este un homenaje de gratitud para él y su apreciada familia.
Post Grado: Becado por la OMS al Instituto Panamericano
de Zoonosis, Azul provincia de Buenos Aires, Argentina, 1959-60. Becado por el
Gobierno de Bélgica al Curso de Salud Pública y Enfermedades Tropicales en el
Instituto de Enfermedades Tropicales de Ámsterdam, Holanda, y Amberes, Bélgica,
1966. Cursillo sobre Dinámica de Población, Reproducción, Fisiología y
Planificación Familiar, El Salvador, noviembre 1968. Tercer Laboratorio sobre
Planificación Familiar, Comunicación, Motivación y Valoración, en la Universidad de Cauca
de Popayá, Colombia, 1969. Curso intensivo de emergencias médico quirúrgicas,
Hospital Militar de Guatemala, 1971.
Entre los años 1956 y 1959 fue Médico Interno
del Hospital Nacional de Amatitlán, además de Médico de la Unidad Asistencialla Unidad del IGSS y la Base Militarla
Sección de Zoonosis de la Dirección General
En septiembre de 1968 fue nombrado Director del
Centro de Salud Modelo de Amatitlán, cargo que desempeñó durante más de seis
años y medio hasta el 30 de abril de 1975. Durante su gestión fue inaugurado el
Puesto Comunitario de Salud en Aldea Mesillas Bajas. Se distinguió por ser un
médico proactivo que siempre buscaba las soluciones prácticas y oportunas para
la problemática de salud de las comunidades a su cargo.
Fue miembro del Club de Leones de Amatitlán
desde 1960, siendo electo en el cargo de Presidente en el período 1971-72. Recuerdo que fue él quien llegó en 1973, encabezando una comisión que le fue a proponer a mi papá que fuera candidato en las elecciones de alcalde municipal para el período 1974-78; sin embargo, se encontraron con un cordial y rotundo NO. A mi padre nunca le cayó en gracia la política.
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