lunes, 14 de enero de 2019

Familia OCHOA CALITO celebra 50 años de hacer su Nacimiento


Por: Óscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán[1]


"A quien Dios quiere, nada le falta" es el tema que inspiró la elaboración del precioso nacimiento o pesebre navideño elaborado por la familia Ochoa Calito, que celebró 50 años de mantener esta tradición.


El domingo 13 de enero 2019, en horas de la tarde, tuvimos el honor de ser invitados a la finalización de la novena en honor al Niño Dios y apreciar ésta valiosa manifestación de piedad cristiana de tan apreciada familia.

¿Cómo fueron los inicios? Hace ya varias décadas, la familia Ochoa Gutiérrez residía en la 5ª avenida y 8ª calle del Barrio El Rosario, encabezada por don Federico Ochoa Guerra y "Mamá Goya" - Gregoria Gutiérrez. Perseverantes en la iglesia católica, tenían la costumbre de elaborar un vistoso nacimiento o pesebre navideño, en torno a la imagen de un Niño Dios que se estima databa de principios del siglo XX, por lo menos.



Mamá Goya cumplía años el 25 de diciembre, por lo que no era raro que la celebración de la Navidad fuera aún más especial. Además de elaborar un nacimiento, le gustaba sacar en procesión a su Niño Dios haciéndose acompañar de familiares y vecinos. Distintivo era el canto "Que alegre la mañana", que hasta la fecha es una herencia musical de su familia. Uno de sus hijos, Ángel María Ochoa Gutiérrez "Papá Chanco", y "Mamá Carmen" Calito procrearon una numerosa familia radicada en la 2ª avenida entre 9ª y 10ª calles del Barrio San Antonio; sus hijos fueron: Betty, Angélica, Homero Fernando, Ángel René, Héctor, Carmela, Edelmira, Sofía, Eduardo, Ana Dolores, y Dora.


Allá por 1968, "Mamá Goya" dispuso pasar a vivir con la familia Ochoa Calito y por esa razón celebró con ellos su última navidad, ya que meses después fue llamada a la presencia del Padre Supremo. Desde entonces, en diciembre de 2018 se cumplieron cincuenta años de la tradición del nacimiento de la familia Ochoa Calito.


El buen amigo Fernando Ochoa Rodríguez, nieto de “Papá Chanco”, quien se ha esmerado por mantener vivo el legado histórico de su familia, nos comentó que durante todo el año se dedican a ver si se adquieren nuevos adornos o figuras como ovejas o pastores, tipo de telas y flores, el papel parafinado como el de los sacos de harina que se emplea para representar los muros de piedra de una gruta o cueva dentro de una montaña, y otros aspectos generales del diseño. Propiamente la elaboración se emprende varias semanas antes del 24 de diciembre.

Las figuras que se emplean, han sido compradas a través de los años y otras fueron mandadas a hacer, las hay de yeso, cerámica, resina y madera. Algunas piezas tienen más de cien años. Nos mostró también el caparazón de una tortuga que sobrepasa un siglo. Además de la imagen del Niño Dios, otras como San José y la Virgen María, así como los Reyes Magos fueron adquiridos posteriormente.

Se aprecia también en un lugar preferencial la imagen del Santo Hno. Pedro de San José de Bethancourt, a quien "Mamá Carmen" le tiene una devoción especial; en esta ocasión con una pandereta, compartiendo el mensaje de la confianza y alegría en Jesús. Vale la pena apuntar que este Santo guatemalteco es considerado uno de los principales promotores de la elaboración de belenes, nacimientos o pesebres navideños en el continente americano.


En términos generales, de acuerdo con diversos autores, el nacimiento de la familia Ochoa Calito puede clasificarse como: abierto, popular y costumbrista. Además de los ya mencionados, incluye otros elementos como la representación del cielo, con esferas brillantes en tonalidades oro y plata. Embreados. Vegetación variada, incluyendo hilos de manzanillas, palmeras datileras y pascuas blancas, una fuente que se ha incorporado desde hace 15 años.

La iluminación incluye un sistema de lámparas fijas estratégicamente distribuidas para alumbrar diferentes sectores. Se prescindió de las tradicionales series intermitentes porque llegaron alguna vez a generar demasiado calor y riesgo de prender en llamas.

Fernando Ochoa Rodríguez nos comparte finalmente: "Los católicos debemos conservar nuestras tradiciones, pero aún más importante es que vivamos cada momento del ciclo, lo mismo la Navidad como la Cuaresma. No solo participar por participar". OFG-20190113



[1] Acdo Municipal 33-21-08-2014

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