viernes, 28 de agosto de 2020

Alrededor de 900 Cultoras de Belleza y Estilistas ha graduado la Escuela de Cooperativa UPA


Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán[1]

El 15 de noviembre de 1981, fue inaugurado el Centro de Capacitación Técnica y Orientación Cooperativa "Manuel Herrera Arguijo", conocido posteriormente como Escuela de Cooperativa UPA. A lo largo de cuatro décadas, numerosos y variados han sido los cursos que se han impartido beneficiando a miles de hombres y mujeres, promoviendo su desarrollo educativo, técnico e integral.[2]

En la década de 1980, eran pocos lo salones de belleza en la ciudad de Amatitlán: Any Hernández, Vitalina Gómez de Galich, Vicente Gardelius VAldéz Reyes, Oscar Alberto Gómez, y don Juan Bernardo García, quien incluso decidió actualizarse en la Academia de Luis Ferman, en la ciudad capital, graduándose en 1985.[3]

Este 24 de agosto, con motivo de celebrarse el Día Internacional del Estilista, tuvimos la oportunidad de conversar con Norma Ninett Galich Gómez, instructora durante treinta años de los cursos para cultoras de belleza y estilistas en la Escuela de Cooperativa UPA.

"Mi primera maestra fue mi mamá, Vitalina Gómez de Galich, luego ella quería que tuviera un diploma. Entré a la Escuela de Cooperativa UPA, en donde me gradué en 1990. Obtuve el mejor punteo de mi grupo, 100 puntos, gracias a las enseñanzas de mi madre y a lo aprendido en la UPA. Eso me abrió las puertas para quedarme trabajando en la misma Escuela", relata Galich Gómez.

Sin lugar a dudas, buena parte del éxito y la proyección de la Escuela de la UPA, se basan en la entrega, valor, dedicatoria, dinamismo y permanente esfuerzo de su directora, la licenciada Marta Julia Velásquez de Godoy, quien ha gestionado todo lo necesario adentro y afuera de Cooperativa UPA durante tres décadas. En la mayoría de los casos, supo brindar un apoyo personalizado a quienes manifestaban mayor interés por superarse.

"Tengo mucho que agradecerle a la licenciada Marta Julia, por su confianza y permanente apoyo durante todos estos años. Especialmente al principio, dándome la oportunidad de desarrollarme integralmente como mujer. Fueron diversos los temas y campos de aprendizaje, entre ellos etiqueta, como hablar en público, administración, relaciones públicas y otros importantes complementos a mis conocimientos sobre estética", declara Miss Norma.


En los primeros años, inicios de las décadas de 1990, los grupos inscritos podían ser de entre 20 y 40 alumnas. En los años recientes se han integrado hasta cuatro grupos, tres de primero y uno de segundo año. Las alumnas son de Amatitlán y también han venido del Puerto de San José, Palín, Escuintla, San Vicente Pacaya, Santa Lucía Cotzumalguapa, Villa Nueva, Bárcena, la ciudad capital, e incluso de Huehuetenango y Quiché, en ese caso salen de sus comunidades un día antes y vienen los fines de semana.


Las alumnas pagan una inscripción y cuotas mensuales módicas. El mayor desembolso consiste en la adquisición de su equipo personal, así como los productos e insumos para las prácticas o laboratorios, que en los dos años que dura el curso completo puede llegar a sumar entre 12 y 15 mil quetzales. Pero vale la pena, es una inversión en su propio futuro.


A lo largo de 30 años, entre los años 1991 y 2020, estimando entre 25 y 30 por año, se han graduado un promedio de entre 750 a 900 cultoras de belleza y estilistas en la Escuela de la UPA, alumnas de Miss Norma Galich, como le dicen con cariño. La mayoría encontró en dicha profesión la fuente de ingresos para su sustento y desarrollo personal y familia. Son numerosos los casos de quienes establecieron sus salones de belleza y/o estética en nuestra ciudad y en muchas ciudades circunvecinas.

Al preguntarle a Miss Norma ¿qué ha significado para usted ser instructora durante todos estos años? contestó: "Es mi vida hecha realidad. Satisfacción y pasión por mi trabajo, porque Dios me dio talento y capacidad en mi mente y mis manos para embellecer y enseñar al que desea aprender. Mi mayor satisfacción, es apoyar de manera especial a las alumnas que creen no lo pueden lograr, por cualquier circunstancia o dificultad, y cuando lo logran es un triunfo compartido. Porque todo lo puedo en Cristo, que me fortalece".

Y agrega con mucho entusiasmo: "Me da mucha satisfacción, ver que el primer día de clases llegan mujeres con deseos de superarse, pero con muchos temores y autoestima baja; luchando con prejuicios y dudas ¿para qué vas a estudiar esto, si no vas a poder? Pero, en el transcurso del curso, se motivan y aprenden a valorarse, cambian mental y físicamente, y se dan cuenta que pueden hacer lo que ellas se proponen. Ahí es donde al final se ve la transformación no solo por fuera sino también por dentro. Por eso en mi manual dice "para encontrar la belleza interior y exterior".



[1] Acuerdo 33-21-08-2014
[2] Fajardo Gil, Oscar. Crónicas de Nuestro Pueblo. Amatitlán, septiembre 2009
[3] Fajardo Gil, Oscar. Navajas, peines y tijeras. Amatitlán, junio 2013

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