Gracias al talento creativo del maestro pintor Carlos Santos Sacú se develó un precioso mural con el rostro de aquel grupo de pioneros, además de elementos que hacen referencia a la fundación del mencionado centro educativo. El mural fue entregado al Director del INEBA-ENCCA quien, al agradecer el obsequio, manifestó que será colocado en el auditorio en un lugar especial. A cada uno de los fundadores aún vivos, así como a los representantes de quienes ya han fallecido, se les hizo entrega de una copia fotográfica del mural, sendos diplomas de reconocimiento, además de un arreglo floral por cortesía de Cooperativa UPA.
Se contó con la presencia del Alcalde Municipal, Mainor Guillermo Orellana Mazariegos; Supervisoras Educativas, licenciadas María Felicita Roque Carrera de Ochoa y Virginia Ramirez de Ovando, así como las familias de los homenajeados e invitados especiales, entre ellos los catedráticos fundadores Licda. Aracely Judith Samayoa Godoy y Lic. Juan Manuel Ramírez Villeda; desde luego el claustro docente y alumnado del INEBA-ENCCA, encabezados por el Director Prof. Elvis Rolando Gómez Lorenzo. El programa fue amenizado musicalmente por la Marimba de Conciertos INEBA-ENCCA bajo la dirección del Prof. Marco Antonio Córdova, además de presentarse varias estampas folklóricas por alumnos del curso de teatro y danza bajo la dirección de la licenciada Ana Leticia Contreras Leiva, catedrática de Ciencias Sociales.
Un punto sorpresa, al cierre del programa de homenaje, fue la develación de una plaqueta con el nombre de José Ramiro Ovando Contreras con el que se designa a partir de la fecha el laboratorio de Computación.
De acuerdo con la Reseña Histórica encargada al Cronista de la Ciudad, Oscar Fajardo Gil, en julio de 1969 el recordado comunicador social Prof. Efraín Alfredo Guzmán Monasterio, director del periódico local El Ciudadano, publicó que para el ciclo escolar 1970 estaba contemplada la creación del instituto nacional de educación básica de Amatitlán, de acuerdo a lo publicado por el Ministerio de Educación en el folleto “Necesidades prioritarias de nuevas plazas de maestros para el año 1970. Niveles de educación primaria y media”.[1]
El
alcalde municipal de Amatitlán, Aparicio Rosales Castellanos, consideró
oportuno aprovechar las circunstancias y emprender las gestiones correspondientes.
Lo primero que hizo fue convocar a la población.
“Por medio de un bando que
salió a las calles, la Municipalidad invitó a todos los vecinos interesados en
la creación de un instituto básico para que nos reuniéramos y de esa manera
organizarnos para hacer lo que fuera necesario por la educación de nuestros
hijos. Fuimos un buen número los que
respondimos al llamado, la mayoría mujeres – amas de casa”.[2]
José
Ramiro Ovando Contreras viajaba todos los días a Escuintla para trabajar en una
industria papelera de aquella ciudad, por lo que salía de su casa temprano en
la mañana y regresaba al final del día. Además sus hijos aún cursaban la
primaria. Por eso, le extrañó recibir la invitación del alcalde municipal para
asistir a las reuniones relacionadas con la organización de un comité que se
encargara de las gestiones para la fundación del instituto.
“Después de haber sido llamado
varias veces, conversamos con mi esposa y por fin decidí asistir. Desde el
principio, fui bien recibido por don Aparicio Rosales, el alcalde municipal,
quien expresó su confianza y apoyo para que me eligieran en el cargo de
Presidente”.[3]
Parece ser que así se evidencio el apoyo y solidaridad entre dos hombres
trabajadores del pueblo, obreros, pues don Aparicio era albañil maestro de
obras mientras que don Ramiro era carpintero.
Aquel
histórico primer Comité de Padres de Familia estuvo integrado por: José Ramiro
Ovando Contreras, Presidente; Argelia Cuevas de Zavala (QEPD), Vicepresidenta; Miguel
Ángel Ardón (QEPD), Secretario; Carlos Enrique Alfaro, Tesorero; Lidia Amado de Anzueto, Silvia Bran de Echeverría (QEPD), y Aura Georgina Aguilar Vásquez de Ardón,
Vocales.
Gracias
al entusiasmo que prevalecía entres sus integrantes, especialmente las cuatro
distinguidas damas, dispusieron reunirse en casa de don Carlos Alfaro, en la 6ª
avenida entre 6ª y 7ª calles del Barrio El Rosario. Había necesidad de contar
con algunos recursos por lo que empezaron a tocar puertas para solicitar ayuda.
Uno de los primeros colaboradores fue don Braulio Lezana, con un donativo de
cinco quetzales. También se contó con un aporte económico de la empresa
Jardines Mil Flores.
Las
señoras del Comité decidieron que, si los hombres por sus obligaciones
laborales no podían disponer del tiempo necesario, serían ellas las encargadas
de viajar y hacer las gestiones en la ciudad capital.
Viajaban
en los buses ordinarios de línea, cuando el pasaje extraurbano costaba 25
centavos de ida y 25 centavos de vuelta; el pasaje urbano costaba 5 centavos. Salían
temprano de Amatitlán y llegaban a la 20ª calle y 4ª avenida de la zona 1,
desde donde caminaban hacia las diferentes dependencias y oficinas en donde
debían hacer trámites.
“Cuando llegamos al Palacio
Nacional con la intención de presentarle nuestra solicitud al Ministro de
Educación, tuvimos la suerte de encontrar a un conocido, Carlos Chajón, quien
con la mejor voluntad nos ayudó para ser recibidos. Ya en el Despacho fue cosa
seria. El Ministro nos dijo ya se habían autorizado 5 o 6 institutos para
municipios del departamento de Guatemala, pero como Amatitlán no había
demostrado interés estuvo a punto de perderse la oportunidad. Llegamos, gracias
a Dios, justo a tiempo”.[4]
Finalmente
se logró la tan ansiada autorización por parte del Ministerio de Educación,
siendo uno de los últimos requisitos el asegurar que se contaba con un local
apropiado para su funcionamiento. Los integrantes de aquel Comité tuvieron la
iniciativa y el valor de indicar que se disponía del edificio en donde había
dejado de funcionar el colegio Belice en 1968, que aunque no era nuevo tenía la
ventaja de estar a cargo de la Municipalidad.
“Cuando ya teníamos la
autorización ministerial, solicitamos audiencia al Concejo Municipal. Cuando
nos recibieron y escucharon las gestiones que ya habíamos realizado todavía
externaron cierta incredulidad. Hubo quienes de plano consideraban que no
tendríamos el éxito esperado. Por eso, cuando le pedí favor al Secretario
Municipal que leyera el documento que traíamos del Ministerio, la sorpresa fue
grande. Ahí mismo nos felicitaron, especialmente don Chicho Rosales –el
alcalde- y doña María del Rosario Peralta de Hernández, se pusieron muy
contentos y desde luego nos autorizaron el edificio que habíamos propuesto”.[5]
Aquel
caserón construido con paredes de adobe requería de varios trabajos de
reparación y mantenimiento, para lo cual contaron con el apoyo de la
Municipalidad.
“Había necesidad de reparar el
techo, por lo que alguien mencionó que don Oscar Archila tenía teja que nos
podría donar. Le solicitamos esa colaboración y él estuvo de acuerdo, con la
condición que nosotras mismas debíamos ir a traerla a su terreno. Solicitamos
un camión a la Municipalidad, y nos fuimos a traer y llevar a la teja. Fue una
tarea ardua pero muy satisfactoria”.[6]
Siguió
la incansable tarea de tocar puertas para solicitar diversas ayudas. Con los
fondos así obtenidos se adquirieron algunos muebles básicos para la dirección,
entre ellos una librera y un amueblado de sala; además de otros enseres.
“Compramos escobas,
trapeadores. Les hice almohadillas para limpiar los pizarrones, limpiadores,
sacudidores, y hasta algunas colchonetas para educación física, con lona y wipe”.[7]
En
Textiles Capri les donaron un escritorio que, aunque no era nuevo, con algunas
reparaciones pasó a ser el primero que se usó en la dirección del nuevo establecimiento.
Francisco
Rey Rosa, gerente de Casimires de Amatitlán (Novatex), las recibió de buena
manera y su apoyo consistió en dotar un aula con 30 escritorios y el pizarrón
correspondiente.
La
inauguración del Instituto Nacional de Educación Básica de Amatitlán, el cual
sería conocido popularmente como INBA, se efectuó el domingo 1 de febrero de
1970. En representación del Ministro de Educación fue nombrado el Prof. Camilo
Martínez, estuvo presente el alcalde municipal don Aparicio Rosales Castellanos
acompañado de su Corporación especial, varias de las personas que les brindaron
algún tipo de apoyo o asesoría durante la gestión, tales como Carlos Chajón,
Lic. Antonio Menéndez, y Aquiles Pinto, además de numerosos invitados
especiales. No hicieron falta ni los cohetes ni el pino regado sobre el piso y
las alegres notas de una marimba.
Estos datos y las entrevistas que los generaron están incluidos en un programa especial realizado por Oscar Fajardo Gil con el apoyo de José María Zamora García y Manuel Fernando López, producido y transmitido por Lago Televisión de Servicable el viernes 20 y sábado 21 de marzo además de repeticiones posteriores.
[1]
Fajardo Gil, Oscar. Crónicas de Nuestro Pueblo. 263 págs. Guatemala, septiembre
2009
[2]
Aguilar Vásquez de Ardón, Aura Georgina. Entrevista personal 12 marzo 2015
[3]
Ovando Contreras, José Ramiro. Entrevista personal 11 y 14 marzo 2015
[4]
Aguilar Vásquez de Ardón, Aura Georgina. Entrevista personal 12 marzo 2015
[5]
Ovando Contreras, José Ramiro. Entrevista personal 11 y 14 marzo 2015
[6]
Aguilar Vásquez de Ardón, Aura Georgina. Entrevista personal 12 marzo 2015
[7]
Idem