jueves, 19 de febrero de 2015

SASTRES DE LA CIUDAD DE AMATITLÁN

Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán

Entre los sastres que se recuerda en la ciudad de Amatitlán se puede mencionar a Don César Villalta, quien además era integrante de la banda de música de Amatitlán y tuvo su barbería en la 3ª avenida entre 3ª y 4ª calles del barrio La Cruz. “Una puerta era la barbería donde nosotros nos cortába el pelo, y a la par había una tienda. También estaba la mesa donde don César medía y cortaba tela junto a su máquina de coser”.[1]


Entre 8ª y 9ª calles de la 5ª avenida del barrio El Rosario se encontraba la sastrería de Don Eugenio Alfaro Mazariegos, quien nació el 20 de marzo de 1891 siendo hijo de Froilán Alfaro y Eduviges Mazariegos, falleció aproximadamente en 1960, y heredó el oficio sartorial a sus hijos José Antonio y Juan Francisco Alfaro Gómez, ambos hermanos de la profesora Raquel Alfaro Gómez; don José Antonio fue el papá del profesor Álvaro Augusto Alfaro Ochoa.

En la sastrería “El Arte Mundial” de Don Miguel Ángel Villalta, 6ª calle entre 2ª y 3ª avenidas frente al parque central, se reunían clientes y amigos como Tono Alfaro, Neto Batres y Layo Pineda para platicar, jugar naipe y dominó.  Don Chanco fue el primer maestro de formación musical del municipio y también era bueno para organizar y preparar chirines.

Uno de los aprendices de oficio de don José Ángel fue Don Julio Alfaro Dávila, más conocido como “Careleón”, quien también se convertiría en uno de los sastres preferidos por los amatitlanecos. Tuvo su taller en la 7ª calle entre 6ª y 7ª avenidas del barrio El Rosario. Otro discípulo de don Chanco fue Don Julio Mejicanos.

Procedente de San Cristóbal Totonicapán llegó Don Domingo Rodas Mejía a mediados del Siglo XX y estableció su sastrería en la 2ª avenida entre 5ª y 6ª calles, en el barrio La Cruz, la que practicamente se convirtió en un almacen de moda para caballeros porque además de pantalones y trajes se podía encontrar camisas, corbatas, zapatos y otros accesorios. Mi padre, José Oscar Fajardo, mi hermano Carlos y yo fuimos clientes eventuales de don Mingo.

Con don Mingo también llegaron otros jóvenes procedentes de la tierra de Atanasio Tzul que le aprendieron el oficio y pusieron sus propios talleres, entre ellos su medio hermano menor Don José Pedro Huitz Mejía (n. 23 Feb. 1939), quien además destacó como futbolista (llegó a jugar en máxima categoría nacional con la Selección de Amatitlán y el Botrán de Quetzaltenango) y locutor, tuvo su propia sastrería en la 5ª calle entre 5ª y 6ª avenidas del barrio San Juan.

La oleada manzanera aún incluyó a Domingo René Ixcamparij Mejía, nacido el 30 de julio de 1938 en San Cristóbal Totonicapán. Fue un joven futbolista que llegó a jugar con el Deportivo Municipal de Villa Nueva, época en la que conoció a Don Diego Chaj Gómez originario de San Francisco El Alto, Totonicapán, quien tenía una sastrería, "La Moderna", en la 2ª avenida entre 3ª y 4ª calles del barrio La Cruz, a la par de la Cooperativa UPA, y le ofreció trabajo. René no aceptó inmediatamente la invitación pero decidió hacerlo pasado algún tiempo. Desde entonces y hasta la fecha es conocido popularmente como “Chivo” y su sastrería ha estado durante más de medio siglo en la misma propiedad de la familia Barrientos Cuevas frente a la Municipalidad, primero sobre la 6ª calle y después sobre la 5ª avenida.

También de San Cristóbal Totonicapán llegó Don Domingo Mejía, patriarca de la familia Mejía Tecum y fundador de "La Moda Práctica", que durante muchos años estuvo en la 7ª calle entre 2ª y 3ª avenidas frente al parque central.

No puedo dejar de mencionar a Don Julio Serrano tuvo su sastrería “El Traje Elegante” en uno de los locales de la Casa de Altos en la 3ª avenida y 5ª calle hasta el terremoto de 1976, después se trasladó a la 6ª calle entre 3ª y 4ª avenidas del barrio La Cruz, a donde recuerdo que también me llevó alguna vez mi papá para que me confeccionara algunos pantalones.

Don Rogelio Reynosa Orellana conocido popularmente como “Maromas”, fue otro de los patojos que aprendió el oficio con don Chanco Villalta, ha tenido su sastrería en la 13ª calle entre 4ª y 5ª avenidas del barrio El Ingenio. Con 83 años de edad, afectado por la pérdida de la vista y el oído, ha dejado de practicar este oficio y lo ha heredado junto con la clientela a su hijo Noé Reynosa Cuevas.



[1] OFG Entrevista personal con Nery Anzueto Amado, 12 mayo 2013

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