Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán
Transcurría el mes de marzo cuando Arturo resultó con síntomas de gripe, incluyendo dolores de cabeza y fiebre intensa. Como solemos hacer la mayoría, intentó curarse con remedios caseros y alguna medicina adquirida por cuenta propia en la farmacia, como antigripales y otros por el estilo.
Pero su salud, lejos de mejorar, empeoraba. Tenía dificultad para respirar. Al quinto día decidió ir al centro de salud para que le hicieran una prueba de hisopado. El resultado no solamente fue positivo sino que confirmó que la enfermedad había progresado peligrosamente en su organismo.
Él y su familia, estuvieron de acuerdo con la recomendación médica de trasladarlo inmediatamente al Hospital Temporal para pacientes Covid-19 en Villa Nueva, a donde fue llevado a bordo de una unidad de la 29 Cía. de Bomberos Voluntarios de Amatitlán.
Llegó en estado muy delicado, saturando menos de 60% y con la sangre muy espesa, respirar le era muy complicado, con agotamiento por el esfuerzo y decaimiento general. Inmediatamente lo despojaron de su ropa, lo vistieron solo con una bata y pañal desechable, le asignaron camilla en la unidad de cuidados intensivos, lo canalizaron en los brazos, le suministraron oxígeno por vía nasofaríngea, le aplicaron anticoagulantes intradérmicos en la región del vientre, le dieron medicina en jarabe y píldoras, entre otros tratamientos. No llegó a ser intubado.
Según refiere Arturo, en todo momento tuvo a médicos, enfermeras y personal de servicios generales, muy atentos a su estado. "Me trataron muy bien, con mucha consideración y amabilidad. Reconozco y agradezco sus permanentes cuidados. Me dieron todo lo que necesité, justo a tiempo, no les hizo falta nada. Era evidente que tenían mucho trabajo pero nunca se quejaron de cansancio, su actitud siempre fue muy positiva. Lucharon contra la enfermedad y, por bendición, la pudimos vencer. Fueron los ángeles que envió Dios para recuperarme".
Varios días después fue trasladado a la sala de recuperación, en donde coincidió con otro paciente egresado de la UCI, también amatitlaneco pero más joven, que por azares del destino había sido lobato en épocas pasadas, cuando Arturo fue dirigente de un Grupo Scout. (Se omite el nombre del otro paciente, por respeto a su privacidad).
Cuando estaba a punto de ser dado de alta, a Arturo le fue detectada una bacteria en la sangre que requirió un tratamiento adicional con antibióticos. Hasta que, finalmente, llegó el momento de su alta médica, egresando doce días después de su ingreso. Puede decir que venció a la enfermedad y está vivo de milagro, gracias a Dios y gracias al esfuerzo del personal del Hospital Temporal de Villa Nueva. La enfermedad que padeció, es una experiencia que no se le desea a nadie. (OFG)
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