La mayor parte del tiempo, desde sus años mozos, ha sido descalzo; pero aún hay quien lo recuerda cuando bajaba caminando hasta Amatitlán llevando sus zapatos deportivos colgando a la altura de los hombros y era porque iba a jugar con el equipo Cruz Azul en el torneo de la Liga Pepesca Godoy en la cabecera municipal, a finales de los 1970s y principios de los 1980s.
José Inés Revolorio Guzmán, también conocido en las canchas futboleras del área rural con el mote de "El Chiste", nació el 20 de junio de 1958, hijo de Juan Revolorio Hernandez y Francisca Guzmán Garrido. "Fuimos doce hermanos pero quedamos solo cinco ahora. Mis papás era muy estrictos y disciplinados, por eso nosotros no salíamos a la calle. Yo hasta que cumplí 18 años salí a callejear pero nunca tuve costumbre".
Como a la mayoría de patojos en Guatemala, le gustó jugar fútbol. Era delantero, aunque algunas veces se desempeñó como portero. "Antes había un campo por el callejón del Chajil ahí era donde jugábamos, pero los dueños lo cerraron. Después jugamos en el campo de aldea Llano de Ánimas o en el de aldea El Durazno. En el equipo de Laguna Seca jugábamos con Manuel Alfaro, mis hermanos Lucio, Simeón y Dimas Revolorio, entre los que recuerdo. Era buen equipo. Por esa época fue que los muchachos me bautizaron con el apodo del "Chiste".
Dice que nunca se quedó en Amatitlán a celebrar con los compañeros de equipo. Solo terminaba el juego y se regresaba a la aldea. Eso si, al siguiente partido, era uno de los primeros en llegar.
Desde joven se ha dedicado a la agricultura, y esa ha sido su fuente de subsistencia. Es un vecino participativo y colaborador. Ha sido alcalde auxiliar de la aldea Laguna Seca desde el año 2012 hasta la fecha, y también preside el Concejo Comunitario de Desarrollo - Cocode.
Se le llenan de brillo los ojos al ver que dentro de poco, al pie del cerro El Limón, será inaugurado el Polideportivo y Salón Comunitario de aldea Laguna Seca. Sabe que es una oportunidad que no tuvieron él y la patojada de su época. Entonces "El Chiste" se sonríe, mezcla de alegría y esperanza, porque los niños y jóvenes de ahora van a contar con escenarios apropiados para la recreación y el desarrollo físico.
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