domingo, 7 de noviembre de 2021

¡Salió con su domingo siete!

Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán

¡Salió con su domingo siete!, es un dicho popular entre nuestros abuelos, no solo en Guatemala sino en en varios países. Se le identifica con algo inesperado, una sorpresa por lo general desagradable y por extensión hasta se ha llegado a temer por lo que pueda suceder en domingo 7. No es raro que hasta se use para referirse al libertinaje y la corrupción que desgraciadamente y con frecuencia identifica a la mayoría de los políticos.

Generalmente es una frase en la cual se relaciona a una mujer, generalmente joven y soltera, que ha quedado embarazada, aunque también se ha ligado una persona que realiza alguna tontería o comentario inapropiado. 

El arqueólogo mexicano Eduardo Merlo Juárez anotó que la pegajosa frase tiene su origen en una leyenda del Norte de Europa. Más precisamente en Dinamarca y Noruega, donde unos pequeños duendes son los responsables de aquel dicho.

"En cierta ocasión, un grupo de duendes se encontraba danzando y cantando en un bosque, en sus versos recitaban armoniosamente -lunes uno, martes dos, miércoles tres, jueves cuatro, viernes cinco, sábado seis- y así, una y otra vez.

Lo que estas pequeñas y mágicas criaturas no sabían era que, oculta entre los arbustos, una joven los espiaba. Mientras entonaban su repetida estrofa, el ímpetu de la mujer salió a relucir ya que, al decir los duendes -sábado seis- ella no pudo evitar exclamar ¡y domingo siete!

En castigo, los duendes esparcieron un hechizo sobre ella, el cual la dejó embarazada. El dicho, de origen europeo, llegó a América con los españoles, quienes lo difundieron en Latinoamérica. Y desde entonces pues se ha convertido en parte de la creencia de buena parte de la población."

Sin embargo, hay otra versión muy conocida que se atribuye a la escritora costarricense Carmen Lyra en su cuento "Salir con un domingo 7", escrito en 1920, en su libro "Los cuentos de mi tía Panchita".

Este cuento relata sobre un hombre rico y uno pobre con güechos en su cuello. El hombre pobre escondido después de trabajar, observó a unas brujas cantando una canción mientras celebraban que por fin había llegado el viernes.

"Lunes y martes y miércoles tres..." repetían las brujas sin cesar, y el hombre pobre al escucharlas cantar, se animó y terminó la canción “jueves y viernes y sábado seis”, dijo. Las brujas, encantadas por la rima, premiaron al hombre pobre, le quitaron el güecho y le dieron oro. 

Cuando el hombre rico se enteró de esto, quiso, por avaricia, hacer lo mismo. “Lunes y martes y miércoles tres.. jueves y viernes y sábado seis”, cantaban alegres las brujas. Aquel hombre dijo: “y domingo 7”. Su atrevimiento por arruinar la canción enfureció tanto a las brujas que lo castigaron por haber “metido la pata” y le pusieron el güegüecho del hombre pobre.

Lo cierto del caso es que no es raro que, en una fecha como hoy, haya quien exclame: !Salió con su domingo 7! (OFG)

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