Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán
La
cruel e inesperada enfermedad del coronavirus, Covid-19, ha hecho estragos en
Guatemala desde la confirmación del primer caso, el viernes 13 de marzo 2020.
A
pesar de las iniciativas y protocolos del gobierno central, a través del
Ministerio de Salud, 135 días después, los contagios ya han superado los 46 mil
casos confirmados y las víctimas mortales se aproximan a 1,800, si se toman en
cuenta solo los datos oficiales. La mayoría de la población considera que los
números son más altos.
Numerosas
personas se han encontrado ante la problemática de no poder acceder a los
servicios públicos de salud, los cuales se encuentran desbordados y han
resultado insuficientes, o no desean que se sepa que están enfermos, para
evitar cualquier tiempo de discriminación.
Ante
el agravante de no contar con los recursos económicos necesarios, porque se ha
dejado de percibir un ingreso desde hace varios meses o por cualquier otra razón,
las personas afectadas necesitan un apoyo para hacerse las respectivas pruebas
para saber si efectivamente están enfermos y para comprar los medicamentos que
les permita hacer la lucha por recuperar su sanidad.
En
Amatitlán, con el fundamental propósito de hacer lo humanamente posible, un
grupo de vecinos se reunió a partir del 16 de julio para recolectar medicinas
para hacer quince “kits”, juegos o sets, para igual número de personas que lo requirieran.
Gracias
a la respuesta positiva de la sociedad, ocurrieron cosas maravillosas. Los 15 kits
de la meta inicial se convirtieron en treinta en la misma semana, con el aporte
de muchos amigos que se solidarizaron. Se
siguieron sumando más familias colaboradoras y se logró reunir 20 kits más. Hoy,
dos semanas después, se puede contar con 75 kits en total. A partir de la
presente semana, se agrega a cada kit: 5 sobres de vitamina C bebible, 2
mascarillas NK95 y 2 frascos de jarabe.
Hoy,
el grupo se hizo cargo de comprar más medicamento, con la intención de llegar a
100 bolsitas; aprovechando de esa forma la buena disposición de muchas familias
que se han sumado a esta iniciativa de solidaridad humana.
Para
la entrega se ha procedido con la mayor discreción posible, respetando la privacidad
de los beneficiados. La información se ha manejado por correo interno, a través
de redes sociales. Muchas personas, por temor o pena no notifican; sin embargo,
familiares o amigos se han encargado de notificar a algún integrante del grupo
de colaboradores. La entrega se hace, por lo general, a un familiar de quienes
han resultado positivos. Incluso, a los colaboradores les ha tocado dejar el
kit en la puerta de las casas de personas enfermas, cuando no hay nadie más que
las reciba.
El
licenciado Sergio Rodas García, en nombre del grupo de colaboradores, nos
comentó: “Quisimos ser ejemplo para lograr que más personas hicieran lo
mismo y gracias a Dios confiaron en nuestro equipo. Fuimos los encargados de
entregar también, pidiéndole a Dios nos cubriera a todos ya que se han
recorrido zonas de mucho riesgo”.
“La verdad, hay que
entender que ante algo así como lo que estamos pasando, nadie estaba preparado;
pero si nos quedamos sentados, viendo que pasa, todo se complicará más. Así que
nos toca tomar acción para que el impacto sea mitigar. Lamentablemente, muchos
son incrédulos de esta enfermedad y no ayudan en nada, hasta que no lo vivan no
cambiará su pensamiento erróneo. No hay que dormirnos en los laureles ya que,
entre más accionamos, nos ayudamos nosotros mismo a mitigar riesgos. En el nombre de Dios, seguiremos apoyando”, agregó finalmente Rodas
García.
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