Por:
Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán[1]
La
elaboración de canastos es, sin lugar a dudas, una de las artesanías más
antiguas de la humanidad, en la cual se emplean tiras o fibras de origen
vegetal, aunque también de origen animal o cabello humano, incluso en la
actualidad se pueden apreciar materias sintéticas como plásticos, aleaciones
metálicas y otros.
Algunos
muebles y una considerable variedad de canastos o cestas se fabrican, por lo
general, con materiales vegetales resistentes y al mismo tiempo flexibles, como
el mimbre, la vara de carrizo (Phragmites australis), y con más frecuencia
la caña de Castilla (Arundo donax) también conocida como caña común o
caña brava. También se utilizan el bambú y las espigas de trigo.
A
pesar de la antigüedad de la cestería, nunca ha dejado de interesar al público
y en todo el mundo se comercia con canastos al lado de las carreteras, en
sitios turísticos y mercados campesinos. La popularidad de la cestería
contrasta también con su carácter manual, ya que es una de las pocas
actividades que no ha sido mecanizada.
En
Guatemala, el municipio de Santa Clara La Laguna, en el departamento de Sololá,
es conocido como “la tierra del canasto”; en donde se encuentra la
Cooperativa Integral de Producción Artesanal “Uk’ux Aj” (Corazón de Caña) COPIKAJ
R.L., fundada en el año 2004 por productores de cestería de caña, integrada por
125 artesanos.
La
investigadora Anantonia Reyes[2] explica
que la cestería se define como el proceso de tejer fibra vegetal sin hilar, en
el que los elementos relativamente duros se entretejen para producir
recipientes y objetos planos, como canastas y canastos, batidores de semillas,
sopladores, coladores para coco o yuca y otros alimentos, y objetos como
esteras o petates, y a quienes la practican se les denomina cesteros.
En
la ciudad de Amatitlán es famosa la cestería del barrio San Lorenzo, en donde
todavía se encuentran varios canasteros, algunos de los cuales hemos entrevistado en ocasiones anteriores.
Don
José María Contreras De la Cruz, conocido popularmente como don Chemita, nació
el 12 de septiembre de 1938, es originario de aldea Llano de Ánimas. Se dedica
al cultivo de maíz, frijol, manía y rosa de Jamaica.
Allá
por la primera parte de la década de 1960, cuando tenía aproximadamente 25 años
de edad, le pidió a un vecino que le enseñara a hacer canastos, pero solo se
encontró con la falta de voluntad y un rotundo no. Relata que, como realmente estaba
interesado en aprender el oficio, consiguió un canasto, lo desarmó para ver cómo
estaba hecho y empezó a armar uno. Básicamente aprendió por cuenta propia, siguiendo
el patrón de uno que ya estaba hecho. Lo cierto del caso es que dejó de
componer radios y se dedicó hacer canastos.
A
lo largo de más de medio siglo, empleando caña de Castilla como materia prima,
ha fabricado distintos tipos de canastos, como los que se usan para el corte de
café, la canasta popular para mercado, canastos de diferentes tamaños por
encargo, canastos para panadería, e incluso los canastos tipo barril con tapadera
que algunas personas emplean para guardar ropa. Las personas que lo conocen, lo buscan en la 1ª avenida
6-180 en aldea Llano de Ánimas. Trabaja pedidos y en ocasiones hace de más para
tener alguna reserva o muestra.
Su
tiempo ordinario lo dedica a la agricultura, pero en sus tiempos libres se
dedica a la elaboración de canastos. Debido a su avanzada edad, y ahora en plena
cuarentena por coronavirus, por prevención su familia no lo deja salir a la
calle. Por lo que dispone de más tiempo para la cestería.
"Este viejillo es mi papá tiene 82 años y es el más inquieto y andalón que conozco. Estos días han sido difíciles para él porque le cancelé las salidas a la calle. No está acostumbrado a estar de brazos cruzados así que se me escapó a conseguir caña para hacer lo que desde hace muchos años viene haciendo" escribió recientemente su hija Florecita Contreras en su muro FB.
"Este viejillo es mi papá tiene 82 años y es el más inquieto y andalón que conozco. Estos días han sido difíciles para él porque le cancelé las salidas a la calle. No está acostumbrado a estar de brazos cruzados así que se me escapó a conseguir caña para hacer lo que desde hace muchos años viene haciendo" escribió recientemente su hija Florecita Contreras en su muro FB.
Hasta aldea Llano de Ánimas va nuestro respetuoso saludo y reconocimiento a don
Chemita Contreras, artesano dedicado por más de cinco décadas a la elaboración
de canastas y canastos. Gracias a su hija Florecita Contreras, por la valiosa colaboración
para escribir este reportaje y publicarlo en este blog: Lo Mejor de Amatitlán
¡Felicidades!
[1] Acuerdo Municipal 33-21-08-2014
[2] Centro
de Estudios Folklóricos -Cefol- de la Universidad de San Carlos de Guatemala
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