Por: Oscar Fajardo Gil[1]
El
rezado 2019 de la Virgen del Rosario de la Parroquia San Juan Bautista de
Amatitlán, sin lugar a dudas, pasará a la historia como uno de los más
sorpresivos. Especialmente por la lluvia torrencial que cayó a partir de las
16:15 Hrs., la cual obligó a que la procesión retornara al interior del templo
para volver a salir casi dos horas después.
La
algarabía de las campanas anunció a los cuatro vientos que, a las nueve la
mañana del lunes 07 de enero, la Consagra Imagen de la Patrona del pueblo había
sido descendida del altar principal para instalarla al nivel del suelo para que
fuese venerada por cientos de fieles
católicos, en su mayoría mujeres adultas y mayores que llegaron para pedir por
una intención especial, para agradecer un favor o para cumplir una promesa.
Casi
medio centenar de integrantes de la Asociación de la Virgen del Rosario,
también conocida como Comité, bajó la presidencia de Julio Ovando Grajeda, se
multiplicaban en múltiples tareas para dar los últimos toques a la
ornamentación de las andas que llevarían en horas de la tarde y la noche la
preciosa imagen de la Patrona del Pueblo. Preparativos que dieron inicio con
varios meses de anticipación y que se intensificaron en los últimos días.
El
Magníficat fue la inspiración de las alegorías de este año. Al frente se
observaban dos ángeles portando trompetas, simbolizando el anuncio de la gloria
de Dios, de las cuales pendían banderines en los que se leían versos del Magníficat.
A continuación, la imagen del Santa Isabel saludando con reverencia a su prima
la Virgen María. En el centro, la bella y tricentenaria C. I. de la Reina del
Santo Rosario, luciendo un ajuar con capa en terciopelo fucsia, tunicela en
color crema, conjunto bordado con hilos dorados; la imagen del Niño Dios
engalanada con túnica dorada.
En
la tunicela de la Santísima Virgen se apreciaban tres lirios representando a
los tres miembros de la familia que donó tan elegante ajuar: Luis Antonio
Colindres, Ericka Rodas de Colindres, y Luis Antonio Colindres Rodas. En la
parte posterior de las andas, un arco
con columnas salomónicas representando la entrada a la casa de Isabel y
Zacarías. Complementan la alegoría, las imágenes de varios niños jugando en el
jardín de Santa Isabel, el cual luce decorado con variedad de flores.
En
el exterior del recinto parroquial, durante la mayor parte de la mañana, la
marimba Witineca ofreció una serenata en homenaje a la reina del Rosario. Mientras
en el atrio, era interpretada la música de flauta o chirimía, tambor y
tamborón.
A
las once y media fueron cerradas las puertas del templo para que los miembros
del Comité procedieran a instalar la Consagrada Imagen en las andas
procesionales. Durante algunos minutos se celebró una especie de sesión
aprovechada por fotógrafos de oficio y algunos espontáneos de los que ahora
proliferan gracias a los dispositivos fotográficos en teléfonos celulares.
Bajo
la atenta mirada de la Licda. Aracely Judith Samayoa Godoy – Hija Predilecta de
Amatitlán, quien durante muchos años ha sido camarera de la Virgen, se hicieron
los ajustes correspondientes en lo relativo al vestuario y joyería de las
imágenes.
Al
mediodía, con todas las precauciones posibles, la Virgen fue cargada por
algunos miembros del Comité e instalada en el precioso mueble procesional de
madera de cedro adornado con gran cantidad de flores.
Continúa 2ª Parte
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