viernes, 1 de septiembre de 2017

"Nací para ser Campeón, a pesar de todo", Orlando "Pelón" Solórzano

Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán
Orlando Adolfo "el Pelón" Solórzano nació el 11 de octubre de 1952, fue uno de los hijos de Emilia Solórzano, su padre no lo reconoció. Su mamá trabajaba haciendo limpieza, ayudando en la cocina y sirviendo mesas en algunas casetas de la playa principal del lago de Amatitlán. Para los estudios fue muy poco, no era lo suyo; fue alumno del Prof. Bocaletti en la escuela "Rafael Iriarte", a quien recuerda como muy estricto. Sea como sea aprendió a leer y escribir.


"Como mi mamá trabajaba en los comedores de la playa, yo la acompañaba; en la caseta de don Mincho Andrade surgió el apodo de "Pelón" por el corte de pelo que me hacían. Nos bañábamos con otros patojos de mi edad en el lago y así fue como empecé a nadar. A la gente le gustaba como lo hacía y llegaron a pagarme hasta diez centavos por hacerlo. Uno de los que me nseñaron a nadar fue Ciriaco Díaz Donis. En cierta ocasión gané una competencia infantil y me gustó más".

Durante más de ocho años trabajó como salvavidas del IGSS, en el puerto San José, en el lago de Amatitlán, en Río Dulce, y en otras playas del país. Entre sus compañeros recuerda a sus paisanos Rolando Godoy, Felipe Godoy, Miguel Ángel González, Osberto González, Rolando Guerra, de la capital Álvaro, Douglas y Tony Cruz.


También fue uno de los fundadores del Cuerpo de Hombres Rana de la 29ª Cía. de Bomberos Voluntarios de Amatitlán, en donde compartió, entre 1976 y 1980, experiencias en múltiples rescates acuáticos y subacuáticos con: Ciriaco Díaz Donis "Yaco", Osberto González "Betón", Rolando Guerra, Miguel Ángel González, Nery Hernández, Álvaro Suárez "Jaiba" o "Afro", entre otros.

"Me gustó la pesca y aprendí a hacerlo con trasmayo y después también con arpón porque era bueno para nadar bajo de agua. Cuando buceaba "a puro pulmón", sin equipo, llegaba a profundidades de diez metros o más. Hasta que, en una de tantas, me causé una lesión cerebral y el médico me prohibió volver a hacerlo. No me quedó más remedio que hacerle caso, por mi propio bien", cuenta Orlando Solórzano y agrega "También jugué fútbol por esa época con un equipo llamado "Dos Veinte", integrado por la muchachada de nadadores y pescadores del lago. No se porque de ese nombre, no éramos muy buenos que digamos".


A Orlando le gustaba correr y lo hacía desde joven. En cuanto a la natación, empezó a entrenar haciendo el tríángulo que va desde la playa del lago hacía el faro de El Morlón de ahí hacia "los cushinales", para retornar a la playa.

Guillermo Lozano, de la empresa Servicalzado, se convirtió en su principal patrocinador, le dio trabajo, uniforme y zapatos deportivos, así como el dinero para gastos personales en cada competencia.

"Gané entre 7 y 8 triatlones en Amatitlán, desde la primera en 1981; ahí fue cuando dije "este deporte es el mío". A pesar de no tener bicicleta porque competía con una bicicleta que me prestaba Carlos "Tataruz" Godoy, y con esa misma gané "Hombres de Maíz". Después, don Guillermo Lozano me obsequió una bicicleta de alto rendimiento. Me dijo: "Lo tenés bien merecido. Vos no me la pediste, yo te la estoy dando. Escogé la bicicleta que te guste".

Su preparación diaria consistía en nadar en el lago a partir de las siete u ocho de la mañana. Luego, corría desde Amatitlán hasta Villa Nueva, ida y vuelta, al retornar subía dos veces el cerro de El Filón, por el camino conocido como "el extravío". Finalmente, Orlando concluía sus jornadas de entrenamiento haciendo ciclismo, en la bicicleta que le prestaba "Tatarúz" Godoy, desde la playa principal hasta aldea El Cerrito, conocida popularmente como "el Relleno", y regresaba al punto de partida.  Fue así como logró inscribirse para participar en la que sería su competencia de consagración: el Primer Triatlón Hombres de Maíz en Tikal, un reto de 2K de natación, 90K de ciclismo y 21K de carrera pedestre, el 23 de noviembre de 1985.


"La mayoría de competidores costarricenses, así como algunos estadounidenses, venía de hacer el Ironman en Hawai. En la natación salí junto con ellos, con Guillermo Sáenz, Sergio Capón y Herrera. En bicicleta terminé unas dos cuadras atrás, pero eso no me preocupó. Tenía confianza de recuperarme corriendo, porque me sentía en buenas condiciones. Ahí fue donde les gané a todos. Les saqué buena ventaja, incluyendo a Sáenz que era el favorito, nunca pensó que yo le iba a ganar".

"El amatitlaneco Orlando Adolfo Solórzano García, superando la adversidad y la ventaja que tenía el costarricense Héctor Herrera, logró cruzar en primer lugar la meta ubicada detrás del "Templo de las Máscaras", en Tikal...", escribió el periodista Edgar Leonel Arana Paredes en diario Prensa Libre.


Después de competir en otros países como Costa Rica y El Salvador, Orlando Solórzano se retiró del Triatlón de competencia a causa de una lesión en la planta del pié, de las conocidas popularmente como "clavos" o callosidad interna.

Algunos años después se vinculó como asistente del cuerpo técnico de los dos equipos más populares del fútbol profesional de Guatemala, Municipal y Comunicaciones, y con ambos saboreó las mieles de coronarse Campeón. Como él mismo dice: "Nací para ser Campeón... a pesar de todo".

Este es pues nuestro sencillo homenaje al amatitlaneco Orlando Adolfo "El Pelón" Solórzano, el PRIMER HOMBRE DE MAÍZ en la historia del triatlón de Guatemala. (OFG)

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