Por lo menos dos características físicas distinguen a primera vista al estimado doctor Juan Fernando Díaz Soto: su considerable estatura - que ronda 1.90 metros - y su espontánea y casi permanente sonrisa. Primer
hijo de Juan Desiderio Díaz Ajá y Rogelia Soto de Díaz, nació el 01 de diciembre de 1953 en la ciudad de
Amatitlán.
Cursó la primaria en la escuela Rafael Iriarte en la ciudad de Amatitlán
hasta el cuarto grado, después gracias a una beca pasó a ser estudiante del colegio Don
Bosco en la ciudad de Guatemala lo que le marcó no solo en el plano académico
sino también en lo espiritual y deportivo, pues empezó jugando baloncesto a los
doce años de edad ya que por su estatura tenía condiciones para la práctica de
dicho deporte.
La orientación del padre Hugo Estrada fue fundamental para
realizarse como persona, al grado que de los 35 compañeros de promoción todos
llegaron a ser profesionales universitarios: arquitectos, médicos, ingenieros, abogados,
y otros.
Al
terminar los básicos, fue estudiante internado en el Liceo Mercantil Antigüeño
en la Ciudad de las Perpetuas Rosas: Antigua Guatemala; en donde pronto destacó
también como basquetbolista en el campeonato local y luego integrando la
selección departamental que causó gran impacto allá por 1970 al ganarle por
diez puntos a la selección del departamento de Guatemala, que prácticamente era
la Selección Nacional. Díaz Soto recuerda que aquella inolvidable experiencia
se llevó a cabo en una cancha abarrotada por el público que celebró el triunfo
bulliciosamente y llegó cargar en hombros a los integrantes de aquel equipo representativo
del deporte “panza verde”. En el LMA se le otorgó el título de Bachiller en
Ciencias y Letras.
En
las vacaciones de 1970, con 17 años de edad, tramitó pasaporte y obtuvo la visa
estadounidense para ir a trabajar durante algún tiempo con su tío Rodolfo Díaz
Ajá en Santa Ana, California; por la mañana en el negocio de su tío en el cual
se fabricaban y reparaban muebles domésticos, y por la tarde el restaurante “La
Casa de los Panqueques” haciendo un poco de todo, y con lo que le daban como
propinas llegó a juntar lo suficiente para pagar su boleto aéreo para regresar
vía PanAm a Guatemala. Con el producto de su trabajo pudo comprar ropa,
zapatos, materiales y libros para estudiar el primer año en la Facultad de
Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
“En la Universidad me conocían porque
jugaba baloncesto, me decían “Juanón” o “Gulliver” por mi tamaño. Del equipo de
la Facultad de Medicina pasé a jugar con el USAC en liga mayor. Sin embargo,
era difícil llegar a todos los entrenamientos debido a mis horarios de clase y
laboratorios. Hasta que un día el entrenador me dijo: “Mire Díaz va a tener que
tomar una decisión: ¿el deporte o los estudios?” – “Hay nos vemos” – le dije y
preferí dedicarme a mis estudios. De otra manera, no hubiera llegado hasta aquí”.[1]
Entre
sus viajes para ir a trabajar a los Estados Unidos, en época de vacaciones de
la U hasta el tercer año de la carrera, y la venta de leche, fue ganando los
cursos para cerrar pensum, efectuó su EPS en San Cristóbal Cucho, San Marcos, y
su práctica final en el Hospital Roosevelt hasta el 31 de diciembre de 1979. Se
graduó de médico el 17 de marzo de 1980, su tesis fue sobre fracturas de tibia
y peroné.
En
noviembre de 1990, gracias al estímulo y hasta cierto grado la insistencia de
su mamá –Doña Roge-, el Dr. Juan Fernando Díaz Soto estableció su clínica
particular, la cual funcionó al principio sobre la 3ª avenida y posteriormente
en la
10ª calle entre 2ª y 3ª avenidas, donde efectuamos esta entrevista.
Con cuatro décadas de experiencia profesional y a lo largo de 26 años en su clínica particular ha acumulado una clientela fiel que le busca y prefiere por su don de gentes, amabilidad y, desde luego, eficiencia en el tratamiento de los problemas de salud por el que le consultan sus pacientes, no solo de Amatitlán sino provenientes de Villa Nueva, Villa Canales, Palín y otros municipios aledaños. Que Dios le bendiga Dr. Díaz Soto!!!
(Condensado del libro "LUCES DE PAMPICHÍ" pendiente de publicación)
(Condensado del libro "LUCES DE PAMPICHÍ" pendiente de publicación)
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