En esta semana se cumplieron 124 años desde que doña Matilde Mancilla Arenas nació, el 26 de enero de 1,890, en la ciudad de Amatitlán, fue hija de Anastacio
Mancilla y Evarista Arenas, su único hermano hombre fue Jacobo Mancilla Arenas.
Residía en la 4ª avenida, entre 10ª y 11ª calles, Barrio El Rosario. Falleció el 29 de julio de 1,975, a la edad de 85
años.
Doña Matilde inscribió su nombre en el libro de oro de la historia de nuestro terruño al convertirse en una de las pioneras en la elaboración de
los famosos y deliciosos dulces típicos
de Amatitlán: higos, camote, chilacayote, chancaca, pepitoria, mazapán, bocadillos,
barquillos; legado que dejó a sus hijas-sobrinas: Matilde Mancilla López (ganadora
de un concurso de dulces típicos a nivel nacional, cuando fue Jefe de Estado el Gral. Oscar Humberto Mejía Víctores 1984-1986), y Antonia Mancilla López (a
quien Nuestro Diario publicó el reportaje “Los Fruteros”, el 27 de diciembre de
2010); quienes por muchos años se dedicaron a esta actividad.
Fué
una ferviente y fiel católica, amaba a Dios sobre todas las cosas, no podía
faltar a misa, servia en las Guardias
del Rosario y la Hermandad de San Francisco de Asís. Una persona de
valores y principios, muy estricta,
disciplinada, exigente en el buen sentido, todo le gustaba bien hecho, como
todas las personas de antaño, le inculcó esos mismos valores a sus sobrinos (hijos
de crianza).
Su
hermano, Jacobo Mancilla, contrajo matrimonio con Anita López, con quien
procrearon 5 hijos: Matilde, Virginia (esposa de Oscar “Tio Coy” Gil) Juanita,
Antonia y Efraín.
“Lamentablemente los padres de mi papá,
Efraín Mancilla López, fallecieron y
quedaron huérfanos a muy corta edad. Mi padre tiene 86 años y comenta
que cuando falleció la abuela Anita, él tenia 6 años y cuando falleció el abuelo
Jacobo tenia 13 años, como su tía Matilde Mancilla Arenas, era la única hermana
del abuelo Jacobo, ella se hizo cargo de los 5 hijos de su hermano. Por eso
tuvo que trabar duro, fue madre de crianza de ellos. Mi padre, sus hermanas y
todos los hijos, le decíamos tía abuela. Ella se preocupaba porque todos los
hijos de sus sobrinos, recibiéramos la
doctrina, que hiciéramos la primera comunión. Recuerdo que ella nos
compro, a mi y a mi hermano Otto (oso), nuestro traje de primera comunión. No
podíamos faltar a misa y dejar de comulgar, porque nos llamaba la atención. Prácticamente
ella fue la inculco a mi padre y a mis
tías los valores morales y espirituales que ellos también dejaron a sus
hijos”.[1]
Una vida ejemplar fue la de doña Matilde Mancilla Arenas, para honra y gloria de Dios, de su familia, y de todo nuestro Amatitlán Soñado y Eterno, el que nunca pasará de moda y que nos pertenece a todos. Seguramente su alma goza de vida en abundancia en el Reino de los Cielos, junto al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Foto proporcionada gentilmente por la Sra. Thelma Peralta, ya que doña Matilde Mancilla Arenas fue madrina de sus hermanos Oscar Humberto "Choco" y Guillermo Peralta.
Foto proporcionada gentilmente por la Sra. Thelma Peralta, ya que doña Matilde Mancilla Arenas fue madrina de sus hermanos Oscar Humberto "Choco" y Guillermo Peralta.