VIRGEN DEL ROSARIO volvió a prodigar Bendiciones por calles de AMATITLÁN, en magno y tradicional rezado

Por: Oscar Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán

Incomparable, sin lugar a dudas, la festividad de la patrona del pueblo de Amatitlán, no solo por la ostentación que sus habitantes hacen de ornamentaciones diversas en alfombras sobre el suelo y en festones sobre los muros, ni por la desbordante cantidad de artefactos pirotécnicos que colmaron el cielo con el estruendo de los truenos y con la policromía del arcoíris. 

"Dios te salve María, llena eres de gracia..." Más allá de lo material había que poner atención al rostro emocionado de mujeres y hombres de todas las edades y condiciones sociales, con sus miradas llenas de esperanza, con las lágrimas emocionadas que brotan espontáneamente, con los rosarios de fervorosas oraciones.

La memoria no podía dejar por un lado que en el año 2019 llovió fuertemente en la salida del magno y tradicional rezado de la C. I. de la Virgen del Rosario de la Parroquia San Juan Bautista. Sin que nadie imaginara que en el 2020 saldría para recorrer la población por última vez antes de la cruel pandemia de Covid que no permitió esta manifestación de pública devoción en los años 2021 y 2022.

Tuvieron que pasar 1,099 largos días para ver nuevamente a tan preciosa imagen, con la alegoría de sus andas: "Estrella de la mañana", por las calles de este Amatitlán que fue fundado hace más de 473 años y que, desde sus inicios, los dominicos se encargaron de promover la devoción por el santo rosario y la Virgen María. Muchos fueron los ausentes, a causa de la enfermedad o por diversas causas. Por eso la nostalgia y la tristeza no dejaron de hacer contrapeso a la alegría natural de la festividad.

Numerosas fueron las personas que acudieron a la iglesia parroquial desde la celebración del novenario de "albas", las misas previas, el jubileo dominical, la celebración eucarística a primera hora del día principal, el "lunes de fiesta mariana", de trascendencia histórica ya que además del párroco Pbro. Byron Albizures, fue concelebrada -por primera vez hasta ahora- por tres sacerdotes amatitlanecos, presbíteros: Marvin Isaac Castillo Ochoa, César Augusto Gómez García, y Luis Alfonso Ayala Mazariegos. Un verdadero regalo, en el día del Magno y Solemne Rezado de la C. I. de la Virgen del Rosario, patrona del municipio. 

La afluencia de personas fue considerable también en las horas de guardia, misas, así como el concierto del domingo por la noche, a cargo del grupo Los Legionarios y la Sonora Dinamita. A la hora de la salida, o mejor dicho inicio del recorrido procesional, volvieron a escucharse las notas de nuestro instrumento nacional como ocurre desde hace ya bastantes años, a cargo de las prestigiadas marimbas María Concepción y Ecos de Hormigo (por 12 años consecutivos como ofrenda musical de la familia Velásquez). 

Por doquier hubo algarabía desde las cuatro de la tarde, por donde pasó el festivo cortejo procesional. Calles barridas y regadas, casas recién pintadas, artísticas alfombras de pino, flores, aserrines de madera pintados de múltiples colores, y diversos materiales para plasmar sobre el suelo la devoción del pueblo católico. Festones y guirnaldas, altares, abundantes cohetillos, bombas tronadoras y de colores, cohetes de vara, toritos. Cientos de cargadoras con madrileña blanca y cargadores con traje oscuro. Corazones a punto de salir de los pechos emocionados, fervorosas plegarias elevándose al cielo entre nubes de incienso. A las siete de la noche pasó la procesión frente a la capellanía El Calvario, en la medianía de su recorrido.

A las once de la noche concluyó el magno y tradicional rezado de la tricentenaria y Consagrada Imagen de la Virgen del Rosario, acompañado de principio a fin por la banda de música dirigida por el maestro Erick Portillo. Insuficientes las palabras para plasmar en todo su esplendor las imágenes, los colores, las emociones, en fin, la trascendencia de esta festividad mariana con la que los amatitlanecos, y muchos visitantes, dan gracias a Dios por las bendiciones recibidas y con fe piden que la Madre y Reina del Cielo interceda por todos nosotros ante su hijo amado Jesucristo, para que sea un buen año, de paz, de trabajo y prosperidad, y que nos libre de todo mal. "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros..." (OFG)