Por: Oscar
Fajardo Gil[1]
Desde niño
sentí admiración por él, cuando era vecino de mi abuela y mi bisabuela. Supe
que era un hombre trabajador, responsable con su familia, obediente de los
mandamientos de Dios y cumplidor de las tradiciones de la iglesia. Se trata de
don Juan Dubón, vecino del barrio Hospital.
Bautizado
con el nombre de Juan Antonio Dubón López nació el 30 de marzo de 1923, sus padres
fueron Alfonso Dubón De León y Luz López Chinchilla. Con la voluntad de Dios,
cumple 95 años dentro de cinco meses y medio.
Además de
colaborar en las tareas del campo con sus padres, desde temprana edad sintió
inclinación por aprender el oficio de la construcción.
"Mi papá se dio cuenta de mi voluntad y me dio las
primeras instrucciones. Después fui a trabajar al chalet que era casa de descanso
de los presidentes, a orillas del lago de Amatitlán (en El Morlón). Ahí estaba
Zoilo Quezada y él era el que me decía "mirá, hacé tal o cual
trabajo" y yo lo hacía, él me dirigía. Así fui aprendiendo el oficio.
Cuando yo salí de ahí, me habló Guayo (Lutgardo) Álvarez para que le hiciera el
cuarto de la esquina de la 8ª avenida y 7ª calle, donde tienen ahora el
servicio de teléfono. Ese fue mi primer trabajo formal propio. Aquí en
Amatitlán solo le trabajé a él y en la casa de la familia de Ricardo Ovando".
"Por suerte logré ingresar a trabajar a la Dirección
General de Obras Públicas, y así trabajé en muchos lugares de la República.
Primero estuve trabajando en la Escuela Federal de Villa Nueva, después en la
Escuela de Agricultura de Bárcena".
Es importante
anotar que don Juan Dubón fue uno de los tantos obreros que se encargaron de
construir la máxima instalación deportiva de Guatemala, que sería sede
principal de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe en 1950; así
como otros edificios emblemáticos de la ciudad capital.
"Después me mandaron a trabajar en la construcción
del estadio nacional "Mateo Flores" (Doroteo Guamuch). De ahí me
mandaron a donde se construimos la Biblioteca Nacional y el Archivo General de
Centroamérica. Posteriormente me mandaron a Escuintla en donde trabajé por
bastante tiempo construyendo varias obras, también hicimos una escuela en
Masagua y otra en Taxisco".
En Taxisco
fue el último trabajo de don Juan en la DGOP, pues tuvo conflicto con el
encargado de obras que era un señor de avanzada edad y pocas pulgas.
A partir
de entonces se dedicó a efectuar diversos trabajos de albañilería por cuenta
propia, siendo uno de los últimos un centro educativo en San Vicente Pacaya,
obra que constó de más de 20 habitaciones.
Con una
sonrisa a flor de rostro y buen ánimo para conversar aun valiéndose de un bastón
para caminar, don Juan Dubón nos concedió esta entrevista al salir de la
primera misa dominical de la Capellanía El Calvario, el 15 de octubre de 2017.
Gracias
Don Juanito, se le aprecia y se le admira. Que Dios lo bendiga.