“Descanse cómodamente en un lujoso sillón de porcelana de la barbería La Higiénica. A sus respetables ordenes en 4ª avenida y 11 calle, esquina. Amatitlán. Atiende su propietario Juan Bernardo García”. Así rezaba el anuncio en la esquina inferior derecha de la página 17 de la revista Tópicos de Amatitlán, en mayo de 1961.
Juan Bernardo García Serrano nació el 19 de agosto de 1931, en el hogar de Amado García Penados y Guadalupe Santos Serrano de García. Su infancia transcurrió en el barrio El Ingenio, abajo del Corralón por el puente del río Mico. Estudió en la escuela Rafael Iriarte; en 4º grado de primaria fue alumno del profesor Julio Chinchilla, en 6º grado fue el profesor Camilo Martínez Díaz; recuerda entre sus compañeros de estudio a Antonio Samayoa, Bony y Anibal Emilio Diéguez Barraza, Oscar Palomo “Cundo Larguzo”.
Con casi 15 años de edad, fue su madre quien lo llevó para que aprendiera el oficio de barbero y peluquero con don Calixto Peralta, que tenía su negocio en la esquina opuesta a la panadería de los Alegría.
“Ahí solo hacíamos cortes de rape, cortes altos, regulares y copetío. Don Calixto era muy buena persona. Tenía una mano buenísima para rasurar. Era muy platicador, no en balde le decían “Bullas”. Saludaba a todo mundo con su frase de “Adiós ñero” y “Que te vaya bien ñero”. Trabajé un año con él. A los 17 años me salió un cuento feo con una traida y me querían casar, pero mi padre me dijo “No mijo estas muy joven para eso, mejor te vas a Retalhuleu”, de donde él era originario. Fui a hinchar más el saber porque aprendí otros cortes con don Gabriel Pérez. En Reu permanecí cuatro años, de ahí fui a Coatepeque y regresé a Reu. A los 24 años de edad regrese a Amatitlán, para establecer mi propia barbería en 1955, en el barrio El Ingenio en la casa de mis padres. Me cabe la satisfacción de ser quien introdujo la maquina eléctrica, era marca Oster, la mejorcita que había antes. Después me trasladé a la esquina de la 4ª avenida y 11 calle del barrio El Rosario, donde estuve la mayor parte del tiempo. Entre mis clientes estaban: la familia Samayoa, Juan Waelti, don Roberto Hilton, don José Ardón, don José Díaz Granda a quien algunas veces fui a atender en su finca El Puente”.
“Este fue un oficio que me gustó desde el principio. Los mas antiguos aquí eran Goyito Fama, don Beto Gómez, Chico Matates, Cesar Villalta, Marcos De la Cruz con sus hijos, don Luís Lezana, Pedro Hernández García “Chapacá”, desde luego don Calixto Peralta y su hermano Pablito. Después surgieron Víctor Zavala y sus hermanos Pablo y René. Con el tiempo a mi me tocó enseñarle el oficio a José “Miyapa” Morales Aguilar, que después se hizo albañil”.
Don Juanito García no se conformó con los conocimientos tradicionales. En la década de 1980 decidió actualizarse estudiando en la academia de Luís Ferman, “donde ellos y ellas van”, graduándose en 1985 como lo hace constar el Diploma que luce con orgullo en su sala.
“Salí haciendo permanentes, cortes de pelo para mujeres. Hacía alisados y rayitos. Los patojos venían y me pedían que les cortara el pelo estilo Mohicano, Flap Top, corte estilo hongo. Hasta ahí andaba yo”.
“La barbería es muy sociable, aquí viene el pobre y el rico”, dice don Juanito García y nos cuenta que en sus años mozos utilizó un saco blanco abotonado que le daba elegancia y lo hacia sentir como un “doctor”, sobrenombre con el que algunos de sus clientes se referían a él.
A los 76 años de edad, en el 2007, don Juanito dejó de ejercer este oficio que tantas satisfacciones le dio, especialmente el sustento para sus cuatro hijos: Renato, Tirsa, Anabella y Haroldo, a quienes crió como padre soltero desde que eran muy pequeños. Luego de superar las ocho décadas de vida, disfruta de la compañía de sus nietos y bisnietos, así como de los amigos que lo visitan y recuerdan con mucho cariño.
Estos datos, ahora publicados en Lo Mejor de Amatitlán, están incluidos en nuestro libro "Peines, Navajas y Tijeras" que Dios nos permitió presentar el 24 de junio de 2013.
En la madrugada del 25 de julio de 2016, día del apóstol Santiago, don Juanito García descansó en los brazos del Señor. Le faltaban menos de cuatro semanas para cumplir 85 años de edad. Su vida ejemplar se distinguió por el amor a su familia y por el trabajo honrado. Es natural que se le extrañe y que se lamente su deceso, pero pueden estar tranquilos y reconfortados sus hijos y toda su familia, fue un hombre que supo ganarse el cielo y por eso se encuentra ya gozando de la dicha eterna en el reino de los cielos. Nuestro sentido pésame y muestras de condolencia. Que en Paz Descanse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Las opiniones de nuestros distinguidos visitantes son BIENVENIDAS. Por favor, respetemos a los demás. Todo comentario ofensivo o denigrante será censurado. EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ.