sábado, 4 de marzo de 2017

VISTAZO AL CENSO GENERAL DE 1893

Por: Oscr Fajardo Gil, Cronista de la Ciudad de Amatitlán
Ah! que tranquilo y saludable habrá sido vivir en Amatitlán hace poco menos de 125 años, con una población de apenas 8,404 habitantes en todo el municipio. Sin automotores, sin buses ni camiones ni motocicletas. Sin contaminación visual ni auditiva a causa del comercio excesivo. El acontecimiento de mayor atención era la llegada y paso del ferrocarril de cada día, que por cierto llegó por primera vez a Amatitlan en 1882 y a la ciudad capital en 1884.

Los días transcurrían plácidamente, sin el brutal flagelo de la violencia ni la delincuencia. Las familias compartían alimentos sanos por ellos mismos producidos, sin productos preservantes, ni edulcorantes ni cancerígenos. Había respeto a los mayores en general, especialmente a los padres y a los maestros. Se disfrutaban las costumbres y tradiciones propias. Los jóvenes disfrutaban de alegres aventuras y, porque no decirlo de algunas travesuras, en el río Michatoya, en el lago, y en los abundantes sitios de los alrededores.

En la plaza central, a un costado del parque, se lucía la antañona ceiba que se decía fue plantada por Pepita Granados. Todo mundo se conocía y por eso se confiaba en el vecindario, no había "raros" con costumbres extrañas. Nada era electrónico, todo era más sencillo, más humano.

El domingo 26 de febrero de 1893, se realizó en todo el país Censo General de Población. Todo Jefe de familia debió permanecer en su casa desde las siete de la mañana hasta la hora en que se presentó la Comisión empadronadora. Los preparativos le llevaron al Gobierno de José María Reina Barrios todo el año anterior.

Son muy interesantes los datos sobre la población en el entonces Departamento de Amatitlán (1866-1935), los cuales seguramente serán merecedores de los comentarios de nuestros distinguidos visitantes.


Por aquel entonces resulta que San Miguel Petapa era el mayor asentamiento de habitantes. ¿Por qué? Probablemente por la cantidad de jornaleros que ahí habitaban porque, con el debido respeto a la historia, no era precisamente un centro de importancia cultural ni política que contara con los servicios de una villa y mucho menos una ciudad. La cabecera departamental, con la mayoría de servicios disponibles (incluyendo el Hospital Nacional inaugurado en noviembre de 1862) y con trascendencia estratégica de las oficinas de gobierno, era el segundo núcleo poblacional.


En cuanto a la educación pública, prácticamente toda en manos del Estado, también son sorprendentes los datos: 406 alumnos en total en escuelas nacionales de Amatitlán!!! 1,930 en todo el departamento!!! Definitivamente eran otros tiempos. Pues si, eso fue hace 124 años, cuando se efectuó el Censo General de 1893. Tiempos aquellos cuando Amatitlán era departamento. En el 2017 la población escolar, solo del municipio, es de más de 45,000 alumnos.

Cambia, todo cambia; como dice esa entrañable canción de Mercedes Sosa. Al enfocarnos en el que hacer de la población económicamente activa del Departamento de Amatitlán. La mayoría se quedaba a trabajar aquí mismo, eran muy pocos los que viajaban a otras poblaciones. Se ocupaban en sus oficios y artesanías.


Nada de raro tiene que el 76% sea identificado como jornaleros, es decir trabajadores del campo contratados para trabajar en tierras no propias. Si llama la atención, para esa época, saber de la existencia de 54 comerciantes (muchos de ellos en el mercado municipal), 39 carpinteros y ebanistas, 35 sastres, 29 panaderos o panificadores, 20 costureras, 18 cigarreras o pureras (fabricantes de cigarros y puros, con el tabaco producido en Amatitlán), 15 tortilleras o molenderas, 12 zapateros, y solo cinco profesionales: 2 abogados, 2 médicos y 1 ingeniero.

¿Qué opinan nuestros distinguidos visitantes? Gracias desde ya por sus comentarios y aportes.

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