Con mucho entusiasmo, de manera voluntaria y ad honorem, una comisión especial de la iglesia parroquial San Juan Bautista viene trabajando desde hace varias semanas con el propósito de construir una nueva embarcación, tipo balsa o lanchón, que será estrenada el próximo 3 de mayo en la procesión acuática del Niño Dios de Amatitlán, misma que es considerada una de las más vistosas y coloridas de Latinoamérica desde 1947.
Conversamos con el Sr. Víctor Romero quien nos comentó que un grupo de personas integrado por: Edgar Trujillo, Emilio Trujillo, Agustín Escobar, Ángel Antonio Contreras, Alfredo y Rolando Barillas, así como el niño Juan Trujillo, bajo su coordinación, han hecho posible la construcción de esta nueva embarcación. La mayoría de ellos forman parte del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, contando con el apoyo del párroco Gregorio Mendoza.
Lo primero fue solicitar a la empresa Bayer una donación de toneles de plástico que sirvan como sistema de flotación, luego se solicitaron aportes por parte de Cooperativa UPA, Municipalidad de Amatitlán, Servicable, Licda. Aracely Judith Samayoa Godoy, Profa. Elsa Cristina Ávila, Sr. Pedro Escobar, Lic. Efraín Ramírez, Profa. María Clara Mazariegos, Baños Temascales Maya, Sra. Mirla Flores, entre otros.
La estructura de la balsa tiene dimensiones de 8 x 3 metros, incluyendo un rompeolas en la proa, construida con hierro angular de 1.5 pulgadas, mientras que la tarima será de tabloncillo de 1.5 x 10 x 5 pies.
Este viernes 24 de abril, la balsa fue trasladada desde colonia San Patricio, en donde se hicieron los trabajos de armadura y soldadura, hacia la playa de El Salitre en donde se instaló sobre las aguas del lago y desde ahí navegó hacia las instalaciones de la Federación Nacional de Remo y Canotaje en donde se concluirán los trabajos de construcción y la ornamentación correspondiente.
Como dato curioso, don Víctor Romero nació en San Salvador, El Salvador, y llegó a Amatitlán hace más de 45 años. Trabajó durante más de cuatro décadas en la planta de Bayer Agroquimicos en esta ciudad, y también aquí conoció a su esposa doña Juana Miriam Lara (fallecida hace pocos meses) con quien estableció su hogar y fueron padres de 3 hijos. Dice que siempre le llamó la atención la tradicional procesión acuática del Niño Dios y ahora se le presentó la oportunidad de servir y hacerse cargo de esta tarea tan especial.
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