Debido a
problemas respiratorios graves debió ser internado en el Hospital Centro Médico
de la ciudad de Guatemala, en septiembre 2013, donde fue diagnósticado con
enfermedad obstructiva crónica y neumonía bilateral, según informó el neumólogo
Jeremías Guerra, agregando que luego de los respectivos tratamientos su estado
de salud era estable.
La Voluntad
de Dios, Nuestro Señor, quiso que Sangirardi Lodispoto ya no retornara a
desempeñar sus labores sacerdotales. Sirvió al pueblo católico de Amatitlán
durante más de 22 años, ganándose el corazón de muchas personas; aunque por su
carácter enérgico y autoritario no le faltaron conflictos en su apostolado. Con
90 años de edad cumplidos, de los cuales consagró 65 al servicio de la Iglesia,
y luego de penosa enfermedad, fue llamado a la presencia del Altísimo el sábado
29 de marzo de 2014, efectuándose la velación de su cuerpo en Capillas
Señoriales de la zona 9. El domingo 30 de marzo, a eso de las nueve de la
mañana, fue conducido por última vez a la capellanía del Calvario en donde el
sacerdo José Vinicio Sandoval, párroco de Amatitlán, ofició la santa misa de
cuerpo presente ante una numerosa y consternada feligresía que se hizo presente
para despedir al “padre bueno”. Aproximadamente a las once de la mañana fue
trasladado a Boca del Monte, en donde recibió cristiana sepultura en el
mauseleo de los Padres Benedictinos, orden a la cual perteneció en vida.
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