Recientemente
conversamos con el Pastor Héctor Gil Mancilla, recordando que hace algún tiempo
era característico de los amatitlanecos no solo saber nadar sino hacerlo bien.
Es que nuestros padres y nuestros abuelos en su mayoría aprendieron a nadar en
el otrora caudaloso río Michatoya y en las saludables aguas del lago de
Amatitlán. No había patojo pepitero que no acostumbrara divertirse
frecuentemente, cuando no a diario, en las aguas de nuestro río y nuestro lago;
disfrutando de amenas aventuras en cada paraje o sitio de referencia, cada una
con su propio encanto.
La
generación actual reaccionará incrédula pues sus ojos ven tan solo los despojos
que van quedando de ambos recursos naturales. Por la misma razón, sería muy
difícil que reconocieran los sitios o puntos de referencia del río Michatoya
que ahora traemos en esta gráfica para que no queden totalmente en el olvido.
Encontré entre mi "archivo" de papeles viejos un mapa garabateado
alguna vez por mi padre en una hoja de papel cuando emocionadamente recordaba
sus aventuras de infancia, de capiuza de la escuela para ir a echarse un buen
chapuzón, o de regreso después de pastorear vacas por el Cerro Corado, cuando
Amatitlán era más sano y seguro, entre las décadas de 1940 a 1960.
Aquella
kilométrica piscina natural daba inicio en el lago de Amatitlán y el primer punto
especial era "El Cuadro" entre el puente Slowing y las compuertas
instaladas por el INDE para regular el caudal del río; eran aguas tranquilas y
de profundidades que generalmente oscilaban entre los 2 y los 5 metros según
fuera la época.
Seguidamente
estaban precisamente "las compuertas" que generaban una corriente muy
llamativa y uno que otro remolino; era otro lugar bueno para que la muchachada
practicara los clavados.
Por
aquel entonces no existía el puente Santa Teresita, por lo que unos 250 metros
después del zanjón Malena se encontraban "las Tapias", cerca del
puente amarillo que daba servicio a los trabajadores de la empresa Casimires de
Amatitlán, después Novatex.
Más
adelante el imponente Puente de La Gloria o del Molino, otro bonito lugar para
practicar artísticos y temerarios clavados. Inmediatamente después estaba
"La Presa" que daba lugar también a "El Borbollón". Cerca
se encontraba el denominado "Pocito del Niño", más o menos entre el
balneario "El Maya" y los baños municipales, mucha gente gustaba de
ese lugar porque se encontraba agua que pasaba de tibia a muy caliente, que era
apropiada para la buena salud de los bañistas.
Más
hacia el sur se construyó el puente de ACJ, en la década de 1980. En el inicio
de la 6ª calle se formaba la denominada "Poza del Coco", poco más o
menos en donde se construyó el puente que se aprecia en la actualidad. Cerca de
este lugar fue donde me enseñó a nadar mi abuela Carlota, allá entre 1970 y
1974. Era un lugar muy bonito a donde llegaban las mujeres a lavar la ropa,
cada cual con su propia piedra plana para aquel oficio, en las riberas de ambos
lados había playitas de grama en donde asoleaban la ropa lavada. En aquella
grama tendía una manta mi abuela y almorzábamos tortillas con pupos asados que
vendían "las palinas" en la puerta del mercado. Ah malhaya!!!
En
la cabecera o inicio de la 7ª calle estaba la famosa "Poza del Amate", una de las
preferidas de hace más de medio siglo y que dio fama a un personaje conocido
como "Chinchintor" o "Tarzán del Amate", quien se subía a
las ramas más altas de aquel árbol y se lanzaba temerariamente para caer en la
parte más profunda de aquella poza. Con el tiempo, y por el hecho de que
llegaban a bañarse algunos soldados del cercano cuartel militar, a este lugar
también dio por llamársele la "Poza del Soldado", aunque no falta
quien diga que fue precisamente porque ahí se ahogó un soldado.
Entre
la 7ª y 8ª calle estaba "el Copante", vocablo que según el
Diccionario de la Real Academia Española proviene del náhuatl quappantli,
puente de maderos, de cuahuitl, árbol, y pantli, hilera. En Centroamérica puede
ser tronco o tablón que se pone de una orilla a otra de un río o quebrada para
cruzar por él; o también línea de piedras que se pone en el fondo de los ríos
de poca profundidad, para pasar de un lado a otro sin mojarse.
Al
llegar a la 9ª calle se encontraba el puente del beneficio Los Amates, después
del cual el cauce del río formaba una caprichosa curva que llegó a conocerse
como la "Poza del Cangrejo", la cual desapareció cuando se levantó un
muro de piedra para proteger bodegas del beneficio Aurora.
Pocos
metros después estaba el Puente Negro, que servía de paso para el ferrocarril. Más
al sur se encontraba la "Poza de la Mariposa", que recibía ese nombre por la finca del mismo nombre y que desde el año 2000 se convirtió en Residenciales Valle de la Mariposa, y 150 metros después
la "Poza de la Palina".
Casi
en los límites del barrio El Ingenio, estaba el Puente de La Unión inaugurado
así en 1907 pero que la costumbre popular siguió llamando "de Donis o de
Anís".
Antes
de la finca El Puente se hizo tristemente célebre la "Poza del
Barbero" llamada así porque en ese lugar apareció muerto un artesano de
peine, navajas y tijeras.
Hasta
aquí nuestro breve resumen de algunos de los principales sitios de referencia
del río Michatoya a su paso por la Ciudad de Amatitlán.
Para
este reportaje se conversó también con los amigos Carlos Rolando González
"Tacos" y Héctor Samayoa "Chivo", a quienes se agradece su
colaboración.
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